EL SUEÑO DE VILLA FRIA
Los pobres delgados
los ricos sebosos
las tartas heladas
de los cochambrosos
la España profunda
los perros rabiosos
los cánticos robados
de los manicomios
los ruidos de cama
de los posaderos
los bares de copas
que salen ardiendo
la espiá del arpa
descubre su precio
la sombra alargada
del cantor sureño
que tocan timbales
que anuncian un duelo
las parte pronuncian
los últimos sueños
Se oyen disparos
desde los balcones
se alumbra el portal
de los barracones
aquel hombrecillo
de espada y sombrero
que camino por el monte
salvando los miedos
llego el horizonte
rompiese el sendero
que daba respuesta
a aquel tabernero
que tapas hacia
los vinos corriendo
la cerveza fría
del bar carnicero
que tiempos aquellos
que otros perdieron
aquí los galones
de oro y de hierro
silencio se escucha
las calles murieron
los gatos pasean
las bolas del tiempo
y mientras perdían
los pies principales
que les cedieron
los viejos municipales
y ahora que buscan
el color del tiempo
encuentran colgado
de la puerta un letrero
que dice siguiendo
las letras leídas
se acaba los días
de la villa fría
ya nadie queda
ya nadie había
donde hubo fuego
se apago la hoguera
y aquel hombrecillo
de capa y sombrero
cerro los balcones
se despertó del sueño.
Autor: Francisco Javier Santero Castellano
viernes, 9 de marzo de 2012
EL DESTINO DE LOS TRES GUERRILEROS
EL DESTINO DE LOS TRES GUERRILEROS
Habitando la calle
se olvida el silencio
muchos los hogares
que no tienen miedo
Pocos los manjares
que ocupan el reino
de aquellos altares
sin risas ni miedos
sin tardes vaciás
ni libros ni cuentos
Recuerdos llorosos
de los que vivieron
cantando las tintas
de los monasterios
vació se encuentra
aquel sacramento
que ocupan la vidas
de los que murieron
cortando candados
de los sentimientos
y ahora descubren
que solo son sueños
aquellos mandados
de los que vivieron
Despiertan la ira
de los pandilleros
que acercan la noche
y escupen al muerto.
Cientos de olores
recubren el cielo
aquellos ladrones
robaron sus sueños
Y a sus corazones
descubren al tiempo
aquellas maldades
que esconden su reino
Allí en sus paredes
colgados se vieron
las tres cabelleras
de los guerrilleros
Auto:Francisco Javier Santero Castellano
Habitando la calle
se olvida el silencio
muchos los hogares
que no tienen miedo
Pocos los manjares
que ocupan el reino
de aquellos altares
sin risas ni miedos
sin tardes vaciás
ni libros ni cuentos
Recuerdos llorosos
de los que vivieron
cantando las tintas
de los monasterios
vació se encuentra
aquel sacramento
que ocupan la vidas
de los que murieron
cortando candados
de los sentimientos
y ahora descubren
que solo son sueños
aquellos mandados
de los que vivieron
Despiertan la ira
de los pandilleros
que acercan la noche
y escupen al muerto.
Cientos de olores
recubren el cielo
aquellos ladrones
robaron sus sueños
Y a sus corazones
descubren al tiempo
aquellas maldades
que esconden su reino
Allí en sus paredes
colgados se vieron
las tres cabelleras
de los guerrilleros
Auto:Francisco Javier Santero Castellano
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