Cantando sigo cantando
habitando mi viejo lagar
mientras friego a destajo
mi buen amueblado hogar
Allí a lo largo del largo rió
friego de nuevo mis ropas
mientras tiendo en el hostigo
los atuendos de mi zagal
Terminando mi larga faena
regresose al dulce hogar
los ojos de aquel muchacho
que dulcemente me ve llegar
La comida yo luego preparo
mi cantar nunca terminara
porque se que he enseñado
a luchar por su buena felicidad
Descansando al fin me veo
mis hijos dormidos ya están
no son mis largos lamentos
los que perdieron a su papa
Sola me quede llorando
suplicando fuerzas quizás
para seguir yo luchando
por las fuerzas de mi hogar
Quiero yo decirte amada
desde el cielo te apoyare
las fuerzas que te falten
yo sin duda te las daré
Ahora descansa mi cielo
nunca de tu lado faltare
siempre que me recuerdes
contigo y con ellos estaré
Dormida quedo la dama
sus hijos felices dormitan
porque saben que el habita
en los rincones de su ser.
Autor: Francisco Javier Santero Castellano
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